50 años de un museo único
Corría en Cuenca el año 1961 cuando el arquitecto conquense Francisco León Meler comenzaba con el proceso final para la reconstrucción y restauración de las Casas Colgadas de Cuenca, un símbolo de la capital conquense y que por entonces se hallaban muy deterioradas.
Dos años después, en 1962, una de estas casas se convertirá en objeto de interés para un artista de particular sensibilidad y vasta cultura. Se trata del filipino Fernando Zóbel que, por aquel entonces, buscaba un lugar en España para albergar su colección de arte español contemporáneo. Otro artista, Gustavo Torner, le informa de la existencia de un lugar que podría ser idóneo, las Casas Colgadas de Cuenca. Zóbel dirige entonces, ya en 1963, una carta al Ayuntamiento conquense con el ofrecimiento de instalar su colección en las Casas Colgadas. Una parte de estas es entonces adjudicada al artista.
Tras ser nombrado el comité del futuro Museo de Arte Abstracto Español en 1964, es en 1965 cuando definitivamente el consistorio y el artista firman el contrato definitivo de cesión de las Casas Colgadas.
Finalmente el Museo Nacional de Arte Abstracto es inaugurado en el año 1966 con una colección inicial compuesta por 266 obras de 87 artistas de la generación abstracta española de los años 50. Se editan entonces también el primer cartel y el primer catálogo del museo, iniciando así una intensa actividad editorial que continúa hasta el momento.
La inauguración de este museo supone un soplo de aire fresco en el ambiente que se respiraba por entonces en nuestro país, aun inmerso en una dictadura a que aún duraría una decena de años más. La repercusión es también internacional y en el mismo año de 1966 Alfred H. Barr, fundador y primer director del Museum of Modern Art de Nueva York, visita el museo y es nombrado conservador honorario.
No es hasta 1978 cuando sucede otro hecho de importancia para el museo, y es que durante este año se lleva a cabo la primera ampliación del mismo, triplicando el espacio inicial, abriéndose al público la biblioteca e incorporando una importante colección de obras de la siguiente generación de artistas abstractos, entre otras cosas.
Ya en los 80, el Ministerio de Cultura concede la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes al museo. Este mismo año, Zóbel dona a la Fundación Juan March toda su obra, su biblioteca personal, cuadernos, etc. Finalmente el artista fallecerá en Roma, el 2 de junio de 1984.
Con el comienzo de la nueva década, en 1991, el museo recibirá una nueva condecoración, la Medalla de Oro de Castilla – La Mancha. El siguiente hecho decisivo para el museo llegará entre 2000 y 2005, cuando la Fundación Juan March comienza a impulsar la organización de exposiciones temporales que permiten ofrecer al mismo obras de artistas internacionales. También durante estos años se empieza a desarrollar el programa educativo.
En 2006 el Museo Nacional de Arte Abstracto cumple 40 años reuniendo a muchos de los artistas del museo y con la exposición “La Ciudad Abstracta: el nacimiento del Museo de Arte Abstracto Español”. Este mismo año da comienzo un plan de restauración y conservación de las obras.
En 2009, año del XXV aniversario de la muerte de Zóbel, la Fundación Juan March homenajea al artista exponiendo todo su material y restaurando todas sus obras.
El último hecho destacado en la vida del museo tiene lugar este mismo año 2016, cuando se cumple el L aniversario de su apertura. Se amplían los espacios destinados a la exhibición temporal y permanente de la colección, permitiendo aumentar el número de obras expuestas y se reforman y reordenan para uso público espacios que estaban destinados a la administración. Finalmente se dedica un amplio espacio al taller pedagógico, convirtiendo así educar en arte, en uno de los objetivos del Museo Nacional de Arte Abstracto.
Línea de tiempo del Museo Nacional de Arte Abstracto. Elaborada con Line:
Sala Grande del museo