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una opinión aficionada

Es uno de los principales atractivos de la capital. La belleza que la ciudad de Cuenca tiene durante el año queda reducida si la comparamos a la ciudad engalanada y preparada para sus procesiones. Unas procesiones que se llevan celebrando desde tiempos inmemoriales. Porque Cuenca en Semana Santa es única.

“Ha comenzado en esta bendita Cuenca, ciudad castellana y sencilla, flanqueada por sus ríos Júcar y Huécar, amurallada pero con las puertas abiertas, el aniversario de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo”.

  - Rafael Redondo,  pregonero Semana Santa de Cuenca 2016

A esta semana tan especial para los conquenses, una fiesta declarada de Interés Turístico Internacional, se le ha dedicado su propio museo en el casco antiguo de la ciudad. Un espacio que podría pensarse como un lugar más dedicado a la simple contemplación, a la muestra de las figuras que procesionan en Semana Santa, en definitiva, a una exposición tan tradicional como la fiesta a la que representa.

Sin embargo el Museo de la Semana Santa de Cuenca es todo lo contrario, y deja al visitante un gran sabor de boca o, al menos provoca una grata sorpresa. No es necesario ser creyente, pues  la visita merece la pena guste más o menos la Semana Santa, ya que en él se muestra lo que es la esencia de la ciudad de Cuenca.

Cuando entramos al museo vemos que, en primer lugar, sorprende por su modernidad y la cantidad de aparatos interactivos que hay en él, y es que se trata de una muestra que combina la tradición con la modernidad. Es probable que al visitante le resulte curioso la forma de representar ciertos aspectos de la Semana Santa, como por ejemplo las 32 cofradías que en Cuenca procesionan.

 

Esto se hace a través de unas columnas de luz decoradas con el color de cada una de las cofradías y que, en su interior, tienen una especie de vitrinas circulares que muestran objetos relacionados con estas cofradías y con la Semana Santa en general.

Se trata de una forma atractiva de que el visitante conozca estas cofradías, además de exponer también un cristo de marfil (del siglo XVI concretamente) de gran antigüedad y la cruz, esculpida en el año 1973 por Federico Collaut - Valera, que procesiona en el Desfile de el Calvario, en Viernes Santo.

La visita continúa en el segundo piso y, si se hace con guía, en primer lugar este nos llevará por un recorrido compuesto por una serie de paneles multimedia en los que se muestra al visitante escenas de las procesiones y piezas de video y audio bastante útiles para comprender el significado de la Semana Santa en la ciudad y la emoción que esta provoca a los conquenses.

Tras la muestra de estas piezas, los paneles multimedia se apagan y tras ellos aparecen objetos nazarenos, algunos de gran valor histórico y artístico. Esto es algo que el visitante no se espera y que como se ha dicho antes sorprende, pues es una forma original de combinar tradición y modernidad.

Columnas luminosas de las cofradías

Cartel a la entrada del museo

Por último se pueden contemplar las imágenes del escultor conquense Marco Pérez y comprender el laborioso proceso que se ha de seguir para realizar una imagen de Semana Santa.

 

Es una muestra en la que se pueden ver figuras bastante impresionantes por su belleza y por lo logradas que están.

Un museo, el de la Semana Santa, que como antes decimos merece la pena visitar independientemente de las creencias que se tengan.

 

Se trata de tradición y belleza, dos palabras que definen a la perfección la ciudad de Cuenca.

Imagen de Marco Pérez

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